Rom 5:5 “Y la esperanza no avergüenza porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.”
El Espíritu Santo es nuestro fiel compañero, amigo, consejero y ayudador, es Dios mismo con nosotros todos los días de nuestras vidas. Nos fortalece, anima e impulsa a hacer la voluntad de Dios, por una razón muy sencilla y profunda ala vez, Su Amor fue derramado en cada corazón, y nos hace vivir por ese amor de modo que testificar al mundo de nuestra esperanza en Jesucristo no avergüenza, por el contrario fortalece este amor.
El amor de Dios es el mismo sembrado en nosotros, por lo que dar la vida por la causa de Dios es la expresión genuina del amor. Jesús murió para pagar la deuda insalvable de la humanidad, y traer un mensaje de esperanza que debe ser anunciado sin ninguna vergüenza, ni cobardía, sin reserva, ni condiciones. Esta es la misión del cristiano llevar hasta lo último de la tierra la esperanza manifestada en Jesucristo. El Espíritu Santo nos capacita para ser testigos fieles de su amor.
Hebreos capítulo 11-13
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Qué interesante contraste de temas tan variados tenemos, desde el capítulo
11 hasta el 12. A medida que el autor de Hebreos continúa con la aplicación
d...
Hace 2 semanas
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