A Celia Castillo Vega, donde quiera que te encuentres...
A mi edad de quince años, cuando empezaba a pensar en el amor y la ilusión, escribí estos dos poemas que hoy quiero presentarles, no sin antes decirle que no existía una mujer real en ese momento de mi vida que ocupara mis pensamientos, solo mi mente dibujaba ese encuentro anhelado.
Estando un día en la playa
Envuelto en mis soledades
Me cautivó tu mirada
Bella reina de los mares
Y tu sonrisa de ensueños
Con una magia celeste
Que me lleva hasta los cielos
Eso tan solo de verte
La brisa rosa tu pelo
Con caricia de ternura
Que te regala el viento
Al ver tu gran hermosura
Cómo sirena preciosa
Radiante estás en belleza
De mi vida eres la rosa
De los mares la princesa.
A la orilla del mar
Donde sentado yo estuve,
Observando el firmamento
Y dibujando las nubes
Vi pasar la golondrina
Que en mis sueños volaba
Con pudor y estampa fina
Y de esplendor rodeada,
Y con la magia celeste
Que acompaña tu morada
Apareces de repente
Tan hermosa y refinada
Yo te miro y tú me miras
En medio de las oleadas
Es el mar que nos envuelve
En el juego de miradas,
Mas yo quise dibujarte
Tan hermosa y reluciente
Y ni un momento pudieron
Mis ojos dejar de verte.
No se si eres espejismo
O mera imaginación
En ese instante flechaste
Mi tímido corazón,
Mas así como llegaste
De la forma más incierta
Asimismo te marchaste
En aquella tarde fresca
Tú tan solo me dejaste
Encerrado aquí en mi pecho
Un largísimo suspiro
Del amor que te profeso.
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