Selecciona tu idioma

Traductor
English French German Spain Italian Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified
Quiero esto en mi Blog!

martes, 13 de enero de 2009

Errores: ¿Qué actitud asumir frente a ellos?

La historia de la vida suele ser dolorosa a drede, con esta oración quiero adentrarme en una autocrítica hacía la manera intransigente en la que los seres humanos asumimos nuestros errores.
No quiero sonar amarillista o presentar la diagnosis del psicoterapeuta aprendiz para quien todos los pacientes presentan igual patología: "Baja Estima Personal", pero si quiero ser enfático al plantearles la clave de la inhibición al desarrollo del potencial humano.
Cuando presento la situación psicológica de las personas en un término tan ambiguo como lo es "dolorosa", asumo todas las consecuencias de las distintas acepciones que como lectores quisieran aplicarles.
Los errores se han venido convirtiendo en prototipos insalvables de la realidad psicológica de cada individuo, no obstante, esa realidad pierde definición y coherencia cuando se asumen actitudes, no solo inadecuadas, sino que podrían catalogarse de mal canalizadas, explico: Diariamente el ser humano ejecuta un sinfín de acciones, la gran mayoría de ella impulsado por sus necesidades elementales. Nadie tiene el derecho de juzgar como equivocación a lo que no ha resultado de acuerdo a la planificación efectuada, de allí el sabio proverbio popular "Solo pierde quien deja de intentarlo" se aprende por ensayo y error, únicamente cuando podemos ver el error como realmente es, y no como un monstruo que nos acusa y hace temblar al momento de asumir nuevos retos.
Quien se halla equivocado más veces, tiene el mérito de haberlo intentado más veces, lo que habla de persistencia y capacidad.
El dolor, en vocablos médicos no es sino un síntoma sensorial de alguna afección fisiológica, pero para nuestros términos es mucho más; los errores duelen, por eso la vida de muchos es dolorosa, pero hay algunos dolores satisfactorios y esperados: el dolor de parto por ejemplo, los médicos luchan por encontrarlo en las pacientes, porque de lo contrario el parto no se hará efectivo.
No quiero hacer apología a los errores y equivocaciones constantes, pero si identificar elementos positivos en las equivocaciones de las que podemos extraer grandes enseñanzas.
Compadécete de aquel que desistió en su propósito ante su primer fracaso, el tal no ha conocido la gracia de aprender de los errores y alcanzar la sabiduría practica. Hay quien dice: no es sabio aprender de los errores propios, sino por el contrario se aplaude al que ha aprendido de lo errores de otros, yo prefiero ser un poco ecléctico respecto a esta aseveración, ya que existe algo que se conoce como capacidad de abstracción, que permite al ser humano identificarse con lugares, situaciones y sentimientos que no ha experimentado, solo al discriminar o percibir sus consecuencias, en este sentido, no necesito probar las drogas para saber si en verdad producen adicción, solo basta con escuchar y ver testimonios reales para abstraer un aprendizaje significativo.
Lamentablemente muchos no tienen ese nivel de capacidad mental y terminan cayendo en los errores de los cuales fueron advertidos.
Errar es de humanos y rectificar de sabios, es otro dicho popular que a veces suena como un justificativo de la ineficacia, pero en el propio sentido de la oración, enmarca una verdad trascendental: Como seres humanos estamos sujetos a cometer errores producto de nuestra mentalidad falible y limitada, pero la rectificación no tiene porque estar reservada solo a los sabios y filósofos de barba blanca, ya que allá está la clave del aprendizaje deseable. Duele aceptar un error, duele enmendarlo y mucho más cuando esa corrección conlleva cierto grado de humillación del ego personal, este dolor debe su razón a arrogancias, prejuicios y trastornos en la autoestima. Por ejemplo; un Padre que se da cuenta que ha cometido un error (Castigar injustamente a su hijo), tal vez sienta que pedirle perdón a su hijo puede restarle peso a su figura paterna de autoridad y respeto, pero es todo lo contrario; esta actitud abre un campo gigante en la relación familiar, especialmente el vínculo padre-hijo.
En otro contexto importante, puede verse que como estudiantes vivimos huyéndole a los errores, de alguna manera pareciera que una calificación nos etiquetara de malos o buenos estudiantes, cuando el que estudia tiene un propósito definido: Aprender. Por tanto si el profesor logra corregir algunos errores en su evaluación, nada distinto sucede al logro del fin educativo. Es allí donde se comete un gravísimo error, huyendo de los errores muchos alumnos pagan dinero a otros alumnos de grado superior e incluso a profesores del área para que realicen los informes o actividades por ellos, en busca de una excelente calificación, la cual tal vez se logre, pero no el aprendizaje. Aplaudo al que vence el temor de ser corregido en sus errores y decide hacer sus tareas escolares por esfuerzo propio, probablemente no alcance las mejores calificaciones, pero lo que aprenderá tendrá un valor especial para él.
Hablando de dolor, cuánto duele una equivocación cuando los sentimientos están de por medio, un error amoroso, algunos chistosamente dicen que alguien se estrelló, cuando llevado por expectativas diferentes se involucra en una relación que termina en fracaso. Parece que estos errores cuestan caro, porque se llevan parte de cada uno de nosotros, no sólo tiempo y esfuerzo, sino una enorme carga afectiva y emocional, pero nada de lo que he planteado hasta el momento esta fuera de aplicación a esta realidad. Hay que aprender para no chocar contra la misma estrella, lo que no hay que hacer es cerrarse a la posibilidad de continuar, esperando el tiempo suficiente para sanar las heridas y debe estar abierto a avanzar adelante. Aquí quisiera detenerme un poco para resaltar una actitud nociva respecto a los errores, cuando el dolor es fuerte, tendemos a culparnos de tal manera que aunque corrijamos externamente la equivocación, somos incapaces de perdonarnos a nosotros mismos, lo que puede verse evidenciado en la negativa constante de darnos una nueva oportunidad. Cuando entendemos que todo es un proceso a veces intencional de la vida misma, entramos en un estado de aceptación, no para conformismo de quienes predican que las cosas pasan simplemente por que tienen que pasar, sino para afrontar con dignidad lo malo y lo bueno y sacar de ambos el mayor provecho. Y en esto recaigo en el concepto de la autoestima, si estoy consciente de mis virtudes y defectos, sin esperar etiquetas sociales, aplausos, o rechazos prejuiciosos, entonces estaré en plena capacidad de extraer en medio del dolor de los errores propios y ajenos, grandes lecciones de vida, que sin duda alguna están llegando porque merezco una nueva oportunidad para hacerlo mejor y seguir aprendiendo.

4 comentarios:

  1. Ey brother!!!! Me alegra verte metido por este mundillo!!!
    Excelente artìculo, voy a seguirte de cerca!!Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Bien, esta mañana pasé rapidito porque recien llegué a Cabimas y me llamaron a trabajar de inmediato, me gusta el tono con el que expones las ideas y tambièn lo que expones, no me parece una crítica, más bien una doctrina. Una en la que he creído hace ya algún tiempo y no por justificar mis errores, màs bien para seguir creciendo. Mi msg gusmarsosa@hotmail.com, agregame, serìa grato conincidir un día de estos, del consejo no han salido muchos blogueros, jejeje. Saludos a la familia.

    ResponderEliminar
  3. Hola!!
    Gracias por tus palabras.
    Encontré tu blog por accidente, me gusta lo que escribes, te felicito.
    Nos vemos.

    ResponderEliminar

Te recominendo que leas...

Enlaces Recomendados

Planeta de Blogs Cristianos

Lo más leído